Cómo limpiar una chimenea en 7 sencillos pasos

No hay nada como la comodidad que proporciona sentarse junto a una chimenea crepitante en pleno invierno. Sin embargo, este incendio furioso puede dejar un desastre ya que los residuos de hollín y cenizas cubren el interior de la chimenea y se acumulan con el tiempo.

Por eso no es de extrañar que cuando llega el momento de limpiar una chimenea muy sucia, no sepas por dónde empezar. Afortunadamente, podemos ayudar. Sigue leyendo para aprender cómo limpiar tu chimenea, con qué frecuencia debes hacerlo y cómo mantenerla limpia por más tiempo.

¿Con qué frecuencia se debe limpiar la chimenea?

La tarea de limpiar la chimenea probablemente no parezca agradable. Sin embargo, esta es una tarea necesaria que debería realizarse anualmente. El objetivo de limpiar una chimenea es mucho más que estético, también es una cuestión de seguridad, ya que el exceso de hollín y cenizas supone un peligro de incendio.

Su chimenea debe limpiarse anualmente, preferiblemente antes o después de la temporada de calefacción. Al mantener su chimenea limpia, no sólo la mantendrá luciendo excelente, sino también funcional y segura.

Cosas que necesitarás

  • Recubrimiento de plástico
  • Botes y bolsas de basura
  • Ropa de trabajo y guantes.
  • Líquido para lavar platos
  • agua tibia
  • Toallas y paños limpios (nota: pueden ensuciarse mucho)
  • Escoba de mano y pala
  • Cepillos con cerdas duras
  • Vacío (opcional)
  • Vinagre
  • Balde
  • Pulverizador

Cómo limpiar una chimenea

Paso 1: Prepara tu espacio

Debido a las características de las chimeneas, su limpieza puede resultar sucia y prolongada. Por lo tanto, antes de comenzar a limpiar y lavar, asegúrese de eliminar cualquier artículo pequeño que sea muy susceptible a sufrir daños por el polvo y la suciedad. Si hay muebles al lado de la chimenea, aléjalos al menos 50 centímetros. Si los muebles no se pueden mover, cúbralos con film transparente.

Coloque varios botes de basura cerca de la chimenea para facilitar la limpieza de las cenizas, el hollín y el hollín. En cuanto a usted: asegúrese de usar ropa y zapatos que puedan ensuciarse y guantes que puedan soportar algunas manchas de hollín.

Paso 2: Retire y limpie las rejillas.

Ahora que su habitación está lista, es hora de comenzar. Antes de comenzar a limpiar el interior de la chimenea, deberás quitar la rejilla o los androides (la estructura metálica que sostiene los leños) y sacarlos al exterior para limpiarlos.

Para limpiar la rejilla de la chimenea, retire el exceso de hollín o ceniza. Una aspiradora de mano puede ayudar aquí. Luego mezcla unas gotas de líquido lavavajillas con un poco de agua y frota la mezcla sobre la rejilla con un cepillo. Finalmente, enjuague la parrilla y séquela. Reservar hasta que se limpie la chimenea.

Paso 3: barrer las cenizas

Con una escoba pequeña y una pala o un trapo resistente, retire el exceso de ceniza que se haya acumulado en el fondo de la chimenea. No es necesario barrer todo, sólo la suciedad sobrante que obstaculizará la limpieza posterior.

Deshágase de las cenizas más rápido con una boquilla de aspiración manual. Solo recuerda limpiar el recipiente de la aspiradora cuando hayas terminado.

Paso 4. Limpia las paredes

Con un cepillo seco de nailon o un cepillo similar con cerdas duras, comience a fregar la parte superior del interior de la chimenea. Si baja, el hollín y la creosota (residuos que quedan después de quemar materiales a base de carbono) caerán al fondo. Este paso requiere un poco de esfuerzo, pero es importante.

Una vez limpio el interior, vuelve a barrer o aspirar el fondo de la chimenea y tirar la suciedad a la basura.

Paso 5: crea tu solución de limpieza

Ahora que el interior de la chimenea está limpio de suciedad superficial, es hora de profundizar un poco más. Crearás una solución limpiadora que se aplicará a la superficie de la chimenea y eliminará las manchas más antiguas y penetrantes.

Para hacer la mezcla, mezcle partes iguales de vinagre y agua tibia junto con unas cucharadas de jabón para platos en un balde grande. Llena una botella de spray vacía con la mezcla.

Paso 6: rocíe y limpie

Luego rocía la solución limpiadora sobre el suelo y las paredes de la chimenea y déjala reposar unos minutos. Una vez que el ladrillo esté completamente empapado con la solución, saque otro cepillo rígido seco y humedézcalo con la solución limpiadora.

Comience a cepillar vigorosamente la chimenea, nuevamente trabajando de arriba a abajo. Utilice la botella rociadora para volver a humedecer las áreas secas y enjuagar las áreas que aún estén sucias. Una vez que termines de limpiar el área, limpia el exceso de líquido y suciedad con varias toallas limpias.

Una vez que se haya limpiado y desinfectado toda la chimenea, limpie cualquier exceso de solución de limpieza que se haya acumulado en el fondo de la chimenea.

Paso 7: limpia la puerta y las molduras

Si tu chimenea tiene puerta, ahora es el momento de limpiarla. Puedes limpiarlos con una solución limpiadora de vidrios, pero si realmente queda suciedad, límpialos con una solución de una parte de agua y una parte de vinagre blanco.

El marco de su chimenea (el ladrillo que rodea la chimenea) probablemente también necesite una buena limpieza. Puede utilizar la misma solución de limpieza en el marco de una chimenea de ladrillo si está en buenas condiciones. Si corre riesgo de desmoronarse, simplemente cepíllelo y aspírelo. Si su revestimiento no es de ladrillo, use una mezcla de agua tibia y un poco de jabón para platos.

Una vez que todo esté limpio y seco, puede volver a colocar la rejilla y prepararse para usar su chimenea súper limpia. Después de todo ese duro trabajo, te lo mereces.

Cómo mantener limpia la chimenea por más tiempo

  1. Queme leña limpia.  Prevenir la acumulación excesiva de hollín, cenizas y creosota puede facilitar mucho la limpieza de su chimenea. Una buena forma de evitar este exceso de acumulación es utilizar leña «limpia», como la madera dura, que arde a mayor temperatura y durante más tiempo. Aunque son más caras que la madera blanda, dejan menos residuos.
  2. Barre las cenizas.  Barra las cenizas semanal o mensualmente, dependiendo de la frecuencia con la que utilice la chimenea. Esto evitará que se amontonen o exploten durante un incendio.
  3. Inspecciona tu chimenea.  Sin un mantenimiento regular y un uso adecuado, las chimeneas y chimeneas pueden causar muchos daños tanto a usted como a su hogar. Debido a esto, considere una inspección anual de la chimenea, que verifica el estado de la chimenea y previene problemas antes de que empeoren.
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